La presencia de este importante puente bajomedieval hay que ponerla en relación con la confluencia en Formiche Alto del «Camino de Cabra», unía Teruel con la Sierra de Gúdar, y el “Camino de Mora” recorría sus estribaciones meridionales para adentrarse después en tierras castellonenses. Construido en las primeras décadas del siglo XIV, fue el mejor puente del Alto Mijares hasta 1670, año en el que se levantó el puente nuevo de la Fonseca.
Este sólido puente se sitúa sobre el cauce del río Mijares, a la salida de las inaccesibles hoces altas de este curso fluvial, junto al casco urbano de Formiche Alto. Presenta varias fases constructivas bien diferenciadas, en las que se combina la mampostería y la cantería. La fase más antigua se corresponde con un puente de dos ojos o de uno sólo pero de mayor luz y altura que el actual. Estaba formado por una fábrica de sillería de buena factura, conservándose una parte significativa del mismo.
La construcción que lo sustituyó también es de buena sillería, con abundantes marcas de cantero. Consta de un único arco de medio punto, conservando los mechinales utilizados para apoyar la cimbra empleada en su construcción.
Menos interés revisten las fases posteriores, asociadas a reparaciones en su fábrica durante la Edad Moderna y Contemporánea. En la última restauración se recuperó el último pavimento de cantos, que todavía estuvo en uso hasta los años 60-70 del siglo pasado. En este pavimento había reutilizadas piezas de una conducción de agua tallada en piedra sillar y cuya función original era la de trasvasar aguas de la margen derecha a la izquierda, desempeñando también funciones de acueducto.