La aldea medieval de San Agustín, integrada en la Comunidad de aldeas de Teruel, se creó en el primer tercio del siglo XIV, posiblemente a raíz de la despoblación de la aldea de Pradas. La primera referencia documental data de 1342, fecha en la que contaba con 30 vecinos fiscales (unos 60 a 75 habitantes). Pese a la fuerte crisis de mediados del siglo XIV su población se mantuvo e incluso siguió creciendo levemente a lo largo de la centuria siguiente (22 fuegos, unos 110 habitantes, en 1488).
La villa se sitúa en la cumbre y en la ladera meridional de un cerro desde el que se controla uno de los accesos a la llanada de San Agustín – Pradas. La ermita de San Agustín de San Agustín es la única estructura medieval visible.
La trama urbana de la aldea primigenia se deslizaba ladera abajo con forma de «Y», articulada por la antiguas calles Mayor y de la Torre, con la plaza Mayor en la zona de confluencia. Se trata de un espacio urbano perfectamente planificado, en el que dominan las manzanas estrechas y alargadas, que abren su fachada principal a uno de estos viales y que solían poseer patios traseros abiertos a calles secundarias, de trazado menos definido. Esta estructura urbana es singular dentro de la Comarca, poseyendo muchos puntos en común con las poblaciones creadas con posterioridad a la conquista del Reino de Valencia y del definitivo alejamiento de la frontera sarracena.
Sorprende el forzado encaje de la actual iglesia parroquial en ese esquema, que puede obedecer tanto a la magnitud del edificio barroco, como a la posibilidad de que la iglesia parroquial primigenia se correspondiera con la ermita de San Agustín, situada en la cumbre.