La villa de Mora (documentada desde 1198) fue el centro político, administrativo, económico y religioso de un amplio señorío, que comprendía varios términos municipales.
El núcleo original o Villa Vieja, tenía 3,6 ha., estando protegido por un primer recinto amurallado. En el último tercio del siglo XIV se amplió hasta 7,2 ha., incorporando la llamada la Villanueva, protegida por un 2ª recinto amurallado.
Es Conjunto Histórico e integra otros muchos bienes de interés cultural.
El emplazamiento original de la villa era una loma bien definida por barreras naturales, al amparo del Castillo. Estaba protegida por un recinto amurallado con cuatro portales y sus espacios urbanos más relevantes eran la plaza de la Iglesia y las Cuatro Esquinas.
El auge de la Villa quedó pronto de manifiesto, con un amplio arrabal extramuros junto al Camino de Rubielos. Tras la invasión castellana de 1363, se protegió con un segundo recinto amurallado. El nuevo espacio urbano quedó articulado por la calle Villanueva y la plaza de la Villa, construida parcialmente sobre un barranco y en la que se instaló el Ayuntamiento.
Los elementos más destacados de la villa son:
- Castillo-palacio de los Fernández de Heredia.
- Excolegiata de la Natividad de Nuestra Señora.
- Diversos edificios religiosos: Convento de las Monjas, ermitas y oratorios de los Cortel, los García Herranz, Nuestra Señora de las Nieves y la Dolorosa.
- Los dos recintos amurallados, que conservan cuatro portales, dos torres y varios lienzos de muralla.
- Dos puentes sobre el río Mora y restos de un tercero sobre el barranco del Regajo.
- El Ayuntamiento.
- Numerosas casonas: Cortel, García Herranz, Monteagudo, Rectoral, C/ Parras 20, C/ Teruel 9 y 27, P/ Iglesia nº 4 y C/ Cuatro Esquinas 2, 4 y 6.