Acueducto bajomedieval o de principios de la Edad Moderna, que suministra agua a la Villa de Alcalá de la Selva. Conserva casi todas las «calzadas» sobre las que discurría la conducción original y parte de la estructura que le permitía salvar el barranco del Nacimiento, sustituida durante la Edad Moderna por un arco.
Hasta hace pocos años, cubría las necesidades domésticas de las mil personas que residían en la Villa, gracias a un sistema muy eficiente de aprovechamiento del agua.
El acueducto discurre por las dos márgenes del curso medio del barranco del Nacimiento, tributario del río Alcalá. Su punto de partida es la fuente del Nacimiento, frente a los antiguos aljezares de yeso rosáceo de Alcalá. El agua discurría encañada en arcaduces, dispuestos en el interior de una “calzada” (muro de mampostería que forma un pequeño aterrazamiento), cubierta de losas o tierra.
Tras un primer tramo de 120 metros, el acueducto cruza el barranco mediante un arco ligeramente rebajado, de 5,5 metros de luz y 2 de flecha, que data de Edad Moderna. En origen se debió utilizar un canal de madera que apeaba sobre sendas pilastras de sillería, actualmente semiocultas por la fábrica del arco.
Unos 700 metros más adelante, ya dentro del casco urbano, una derivación alimenta la fuente de Ollerías, que ocupa una pequeña hornacina bajo el vial. El agua perdida de la fuente se aprovechaba en un abrevadero situado ladera abajo.
Un poco más adelante, una segunda derivación alimenta la fuente de la Plaza de la Fuente. Su agua perdida pasa a un abrevadero situado al pie de la fuente; después bajaba a un lavadero, para acabar en una balsa que regaba los huertos “Bajo el Lugar”.
La última de las fuentes es la de la escalerita del Rosario, que desciende desde la calle Alta a la Hispanoamérica. El agua perdida se aprovechaba en un abrevador situado en la calle del Molino.