Castillo islámico documentado arqueológicamente desde el siglo XI, ocupado por Alfonso I (1118) y conquistado definitivamente por Alfonso II, que se lo entregó a los monjes de la Selva Mayor (1174). Durante casi dos siglos desempeñó las funciones de fortaleza conventual. Parcialmente destruido durante la Guerra de los Pedros, fue adquirido por los Fernández de Heredia en 1375. Refortificado en 1835 fue por los carlistas, fue conquistado por los liberales en 1840 tras una encarnizada resistencia.
El Castillo ocupa la cumbre del crestón rocoso que domina la villa. Se conservan estructuras pertenecientes a cuatro fases de ocupación:
- Al-Kalaat, fortaleza islámica: Sensiblemente mayor al actual, de este periodo destaca el gran aljibe tallado en la roca (7,5 x 3,6 metros y 7,8 de profundidad); un aljibe más pequeño, forrado con sillares engatillados; un foso de 7 metros de anchura, excavado en la cantera; y algunas estructuras conservadas dentro de la “torre del homenaje”.
- Fortaleza conventual de los monjes de la Selva Mayor: A este momento corresponden numerosas estructuras integradas en las fábricas posteriores, como los muros perimetrales del “patio” y la torre rectangular sobre la que se apoya la “torre del homenaje”.
- Castillo de los Fernández de Heredia: El elemento más destacado es la “torre del homenaje” de planta poligonal; posee dos plantas con cuatro salas cada una, cubiertas con bóveda apuntada; sobre éstas había una tercera planta más reducida, con una sala en la que se abre una galería de arcos. Otra estructura relevante es la puerta de acceso a la fortaleza, flanqueada por dos torres, con un claro carácter representativo.
- Fortificación carlista: Destacan las dos torrecillas que coronan la torre del homenaje y la barbacana de madera de la fachada que da a la villa.