El castillo y la aldea de Pradas pertenecían a Blasco Jiménez, señor de Arenós, pero se situaban dentro del territorio asignado a Teruel en su Fuero. Por ello, el Concejo turolense inició un pleito para obtener su reintegración, obteniendo sentencia favorable en 1267. A finales del siglo XIII o principios del XIV, Pradas pasó a manos de los Sánchez Muñoz, barones de Escriche; en esos años o poco después desapareció la aldea, surgiendo la de San Agustín, perteneciente a la Comunidad de Teruel.
Situado en una loma, junto a la ermita de Pradas, a unos 2,5 km. del casco urbano, el Castillo presenta dos fases bajomedievales diferenciadas. La más antigua podría estar en relación con la fortaleza señorial de los Arenós o con de la de los Sánchez Muñoz; la segunda fase, de peor factura, parece estar vinculada a la Guerra de los Dos Pedros.
El conjunto constaba de un «primer recinto”, desde el que se accedía, a través de la torre puerta, a un segundo recinto; éste se encontraba articulado por un pequeño patio, al que se abrían los restantes edificios.
La citada torre-puerta es la estructura más destacada. Tiene planta cuadrada y están presentes las dos fases constructivas ya referidas. La planta baja, de buena factura y perteneciente a la 1ª fase; se corresponde con el paso de la torre-puerta, cubierto con bóveda rebajada; en la fachada exterior se abre mediante arco de medio punto, y en la interior con arco rebajado. Las planta restantes, se asocian a la 2ª fase y son de peor factura; a la primera planta se accede a través de una puerta elevada, con jambas y arco de medio punto de sillería; en dicha planta hay varias aspilleras y los restos del matacán que protegía la fachada principal. La separación entre la 1ª y la 2ª planta era un simple forjado de madera; la segunda planta estaba destinada a palomar. La cubierta, ligeramente inclinada, drenaba agua a través de dos sencillas gárgolas. La torre estaba coronada con almenas perforadas con aspilleras.