Ermita de traza gótica, ubicada en el alto y desabrigado páramo de San Pablo; Se trata de un punto de extraordinario control visual, pero cuyas condiciones ambientales son muy duras durante más de seis meses al año. Su interior fue modificado por una reforma barroca de su interior; en el exterior se agregó un cobertizo adosado a los pies.
La ermita es de planta rectangular de 18 metros de largo por algo más de 6 metros de ancho. Tiene testero recto y una sola nave, con tres tramos definidos por dos arcos fajones. La fábrica es de mampostería trabada con mortero de cal, con sillares de tosca factura en los contrafuertes. Está cubierta con tejado de madera a doble vertiente, que en el interior queda oculto por la bóveda barroca construida con posterioridad. En esta reforma también se le debió añadir al templo la cornisa y el púlpito.
La puerta se ubica en los pies, protegida por un cobertizo que hace las funciones de atrio; se vincula con la romería que aún se realiza el fin de semana más próximo al 29 de junio, con reparto de pan y vino entre los asistentes. En el exterior lo más destacado es la presencia de cuatro contrafuertes, que se corresponden a (poner con) los arcos y a (poner con) la prolongación de los muros de la cabecera y de los pies, además de las dos ventanas abiertas en el paramento meridional.