Aunque Sarrión debía estar amurallado desde al menos principios del siglo XIII, la mayoría de las estructuras conservadas parecen corresponder al reinado de Jaime II, monarca que decidió invertir la mitad de las primicias de 1300 y 1321 en su construcción. Durante las Guerras Carlistas Sarrión fue nuevamente fortificado, sufriendo el recinto amurallado serios destrozos en 1843 y 1875.
Las murallas rodean la amplia loma en la que se asienta Sarrión. El recinto primigenio comprendía la parte alta del casco urbano, con centro en la iglesia de la Sangre de Cristo. El construido en las primeras décadas del siglo XIV fue substancialmente más amplio, con unos 1.400 metros de perímetro, que protegían unas 12,5 ha. de superficie. En él se abrían siete portales, de los que han desaparecido seis (Valencia, Molino, Mesones, Chiquito, Cabezo y Parras). También se documenta la existencia de 16 torres (incluidas las asociadas a los portales), parte de ellas de planta circular y otras de planta cuadrada. En la actualidad, la mayor parte de los restos conservados se encuentran enmascarados por el caserío; suelen estar formados por paramentos de mampostería regularizada, de 0,9 a 1,2 m. de anchura. Entre las estructuras visibles, destaca:
- Portal de Teruel: Era uno de los principales accesos, por el que discurría el Camino Real de Teruel a Valencia. Está flanqueado por sendos torreones de mampostería, de planta circular; sobre el portal, cubierto con arco apuntado, se construyó una ermita dedicada a la Virgen del Pilar (finales del siglo XVII o principios del XVIII).
- Torreón C/ Zariche: Torre de planta semicircular, próximo al desaparecido portal de las Parras, en el flanco meridional del recinto amurallado.