Salinas cuya producción se basa en la evaporación natural de aguas salinitrosas. Explotadas en época islámica, en 1257 pasan a manos de Jaime I de Aragón, que se las entrega al Concejo de Teruel para su custodia (1269). Durante la Baja Edad Media y la Moderna, su arriendo fue una importante fuente de ingresos para las arcas reales. Dada su cercanía a la frontera castellana y su importancia económica, en 1357 Pedro IV ordenó fortificar su torre, reforzando en 1358 su defensa con 50 ballesteros.
Situadas sobre una corriente de aguas subterráneas salinitrosas, las Salinas están formadas por un amplio conjunto de estructuras de cronología diversa:
- Torre de la sal: edificio que en origen tenía dos plantas, en el que se encontraba la noria de sangre con la que se extraía el agua del pozo de agua salinitrosa. Fue construido en el siglo XIV. Hay referencias de que a mediados del siglo XIX existía un segundo pozo en funcionamiento.
- Red de conducciones de madera de sabina o de chopo que distribuyen el agua desde el pozo a las balsas.
- Cuatro balsas, en las que se almacenaba el agua extraída del pozo de forma previa a su procesamiento; una de las balsas se documenta en el siglo XIV.
- Entre ocho y diez tablares que agrupan varios cientos de «eras», empedradas y delimitadas por tablas de madera, se evaporaba el agua y precipitaba la sal. Se documentan en el siglo XIV.
- Almacenes para la sal, que comprendían al menos un edificio de grandes dimensiones.
- Cuadras, que albergaban las mulas con las que se movía la noria de sangre.
- Carpintería, en la que se preparaban todas las piezas de madera.
- Casas de las Salinas: Edificio de carácter palacial, documentado en el siglo XIV, pero cuya configuración actual es mayoritariamente del XVIII.
- Otros edificios auxiliares: casa de los empleados, pajares, etc.
- Ermita de las Salinas o de la Virgen de los Dolores, fechada en 1758.
- Garitas de vigilancia, situadas en la cumbre del cerro suroriental.