Castillo bajomedieval asentado sobre un enclave islámico, posiblemente también defensivo. Se refortificó durante las Guerras Carlistas, lo que motivó su destrucción. En ese mismo espolón se situó la primitiva parroquial de El Castellar (fechas avanzadas del siglo XIII o inicios del XIV), que, al haber sido también objeto de obras defensivas, se suele confundir con el Castillo. Tras el desplazamiento de la población al “Barrio Nuevo”, la antigua iglesia se transformó en ermita dedicada a Santa Bárbara.
El Castillo se sitúa en el espolón que separa el barranco del Cárcavo del río Castellar. Se accede por la calle Palillo. El espolón está dividido en dos sectores, separados por un foso. En el meridional, más elevado, se encuentran los restos del castillo “propiamente dicho”. En el sector septentrional se encuentra la antigua parroquial.
– Castillo: torreón cilíndrico, de unos 6 m. de diámetro, de mampostería. Posee vano con arco de medio punto y aspilleras. Ha sido recientemente remodelado; en el curso de las obras “saliendo a la luz los cimientos de largos muros, de piedra, pudiendo así identificarse la planta, muy alargada y estrecha, de longitud superior a los 100 m.» (Guitart, 1988).
– Ermita de Santa Bárbara: Recientemente transformada en edificio residencial. Templo de planta rectangular, de una sola nave y cabecera absidial. Consta de dos fábricas diferenciadas, ambas de sillería; la inferior integra la portada con arco de medio punto abierta en la fachada meridional y una aspillera en la zona de los pies. El recrecimiento se realizó con sillería más tosca y con cuatro aspilleras en la fachada septentrional; esta nueva fábrica podría poseer una función defensiva y estar en relación con la Guerra de los Dos Pedros. Durante la rehabilitación se encontraron varias estelas discoidales, vinculadas al cementerio de la antigua parroquial.