Santuario asentado sobre los restos de una villa altoimperial romana. La ermita medieval se levanto durante la segunda mitad del siglo XIII o primeras décadas del XIV, siendo objeto de sucesivas reformas. Finalmente se demolió, construyéndose el templo actua en 1751. No obstante, gran parte de las estructuras del templo antiguo son visibles, gracias a la instalación en la última restauración de cristales pisables.
El templo bajomedieval era de mampostería de buena calidad, trabada con cal. Poseía una única nave, dividida en tres tramos más el presbiterio, con cubierta de madera a doble vertiente, sustentada mediante arcos diafragma. El presbiterio era de dimensiones más reducidas y tenía testero recto; en él se encontraba adosado el altar de la Virgen, del que solo se ha conservado la base.
En el cuerpo principal del edificio, se observa la existencia de un temprano engrosamiento interior de los muros septentrional y occidental, anterior a la construcción de las pilastras de los arcos, lo que nos indica la existencia de posibles cambios de criterio (e incluso de diseño) constructivo.
El Santuario tenía dos puertas. La más grande estaba abierta en la fachada meridional y salía a lo que luego fue el patio de la hospedería. A mano derecha se encontraba la pila benditera, exenta, de la que solo se ha encontrado la base. A los pies había una segunda puerta, de dimensiones más reducidas, pero de importancia litúrgica, al estar alineada con el altar.
Durante su medio milenio de existencia, el templo fue objeto de múltiples reformas. En el exterior se colocaron contrafuertes coincidiendo con las pilastras, alguno de grandes dimensiones, como el existente a los pies. También se debió de agregar un coro alto a los pies, del que solo se conserva la base macizada de su escalera.