Potente torre defensiva que podría datar del siglo XIII. Aunque se suele vincular con el despoblado de Almansa, no hay evidencias que avalen esa asociación. De hecho, parece más relacionable con una torre señorial, que con las estructuras defensivas de las aldeas de la Comunidad de Teruel. Resulta más factible su identificación con la «Turris» de «Atoreya», citada en 1263 en el pleito existente entre el Concejo de Teruel y Jimeno Pérez de Arenós por la propiedad de «Atoreya» y «Abella».
Asentada en la base de un largo espolón, en lo que actualmente es la Plaza Mayor nº 4, se corresponde con una torre sala rectangular (8,5 por 6,5 metros) y cuatro plantas (10 metros de altura). En su construcción se alternan fábricas de distintas características, que podrían obedecer a un recrecimiento de la estructura. En las dos plantas inferiores los muros son más uniformes, con sillares pequeños en las esquinas y mampostería regularizada y careada, mientras que en las superiores los sillares de las esquinas son más grandes, presentan menos desgaste y la mampostería es de peor calidad. Aunque originariamente la mayor parte del alzado de la torre debía estar exento, en la actualidad sólo son visibles dos de sus fachadas. Destacan un par de ventanas geminadas en la segunda planta de la actual fachada principal; tienen parteluz sencillo y están cubiertas por sendos arcos monolíticos. En la fachada lateral hay una tercera ventana (también en la segunda planta), cuyo arco ha sido igualmente tallado en el dintel. Los restantes vanos visibles son posteriores o están desfigurados.
Destaca la presencia de once mechinales y dos aberturas irregulares en la parte superior de la fachada lateral; podrían estar relacionados con la presencia de un cadalso de madera. El remate actual de la torre (tejado a doble vertiente con alero de tejas), no se corresponde con la estructura original.