Valdelinares, durante el medievo aldea de la Comunidad de Teruel, se repobló entre 1262 y 1264, documentándose su iglesia parroquial en 1280. En 1342 ya había alcanzado los 77 vecinos fiscales (de 150 a 200 habitantes), cifra muy superior a la actual. Aunque la grave crisis de mediados del siglo XIV tuvo un impacto moderado (63 vecinos fiscales en 1385, de 120 a 150 habitantes), el declive demográfico continuó hasta entrado el siglo XVI (15 fuegos en 1543, equivalentes a 75 habitantes).
Valdelinares, el pueblo situado a mayor altitud de la Península, se asienta en la parte media-baja del Alto del Hornillo. Su traza urbana difiere de la del resto de los pueblos de la Comarca, estando más próxima a la de algunas poblaciones de la Comunidad de Albarracín; se trata de un urbanismo poco compacto, con presencia de amplios espacios vacíos y escaso orden en la disposición de las construcciones, posiblemente fruto de su marcada vocación ganadera.
Entre los elementos de raigambre medieval conservados destaca La Cambra, edificio de mampostería y sillares en las esquinas, con cubierta de madera a dos aguas, sustentada mediante arcos diafragma de medio punto. Realizado con muros de mampostería y sillares en las esquinas. Aunque de inequívoca vocación pública, no podemos precisar su función original (cilla, casas concejiles, etc.). Construido posiblemente en la segunda mitad del siglo XVI, ha sido objeto de múltiples reformas.
En el pueblo no faltan detalles y elementos constructivos, que nos retrotraen a su pasado medieval, como la ventana de tradición gótica existente en un edificio situado frente a La Cambra, con jambas y dintel pétreo decorado con baquetón que descansa sobre sendas basas molduradas góticas.